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miércoles, 11 de noviembre de 2009

ANECDOTA


Alan Ramsses es un niño de tres años de edad, es su primer día de clases, el no llora, sin embargo, trata de llamar la atención a costa de todo. Como cualquier niño le llama la atención materiales, juguetes y área de juegos. Cuando regresa al salón de clases se acerca a sus compañeros y se muestra agresivo, insulta a todos , grita y en ocasiones les avienta algún objeto.

Al iniciar la actividad con los niños Alan se acercó y dijo que quería dibujar como sus compañeros, entonces le di una hoja y un bote con crayolas , el niño mientras dibujaba estaba demasiado tranquilo una vez concluida su actividad nuevamente comenzaba a molestar a los otros pequeños.

De acuerdo a la entrevista que realicé a su mamá el niño no tuvo ningún problema al nacer lo que si comentó su mamá es que ella consentía mucho a sus hijos y que tuvo el mismo problema con el hermano mayor y acordó platicar mucho en casa con el niño.

El segundo día de clases me sorprendió mucho la conducta de Alan puesto que fue todo lo contrario al día anterior, trató de participar un poco más en las actividades, estuvo tranquilo, jugaba con sus compañeros sin agredirlos y concluyó todas sus actividades.

Tercer día de clases. Alan entró llorando insultó a todos, hizo berrinche y se metió de bajo de una mesa, iniciamos las actividades con algunos cantos, al escuchar que cantábamos el niño dejó de llorar pero no se acercaba a nosotros, hasta que escuchó que los niños iban a elaborar un títere él se me acercó y me dijo que también quería hacer un guiñol y que si podía enseñarle. El niño estuvo tranquilo mientras trabajaba, sin embargo, al terminar su actividad nuevamente cambiaba de actitud y no tiene una estabilidad en su conducta.

EL APEGO

El concepto de apego evolucionó del psicoanalisis, en particular de la teoría de las relaciones objetales. El primero en desarrollar una teoría del apego a partir de los conceptos que aportara la psicología del desarrollo, con el objeto de describir y explicar por qué los niños se convierten en personas emocionalmente apegadas a sus primeros cuidadores, así como los efectos emocionales que resultan de la separación, fue John Bowlby, quien intenta mezclar los conceptos provenientes de la etología, el psicoanálisis y la teoría de sistemas para explicar el lazo emocional del hijo con la madre (Yarrow, 1972; citado por Aizpuru, 1994). De esta forma, Bowlby (1985; 1998) define al apego como "la conducta que reduce la distancia de las personas u objetos que suministrarían protección" Desde esta perspectiva, la conducta de apego parece ser un componente más de entre las heterogéneas formas de conducta comúnmente clasificadas dentro de la categoría de conducta dictada por el temor.
Ainsworth (1983), lo define como aquellas conductas que favorecen ante todo la cercanía con una persona determinada. Entre estos comportamientos figuran: señales (llanto, sonrisa, vocalizaciones), orientación (mirada), movimientos relacionados con otra persona (seguir, aproximarse) e intentos activosde contacto físico (subir, abrazar, aferrarse). Es mutuo y recíproco.
Sroufe y Waters (1977) describen el apego como "un lazo afectivo entre el niño y quienes le cuidan y un sistema conductual que opera flexiblemente en términos de conjunto de obetivos, mediatizado por sentimientos y en interacción con otros sistemas de conducta". Ortiz Barón y Yarnoz Yaben (1993) señalan que "el apego es el lazo afectivo que se establece entre el niño y una figura específica, que une a ambos en el espacio, perdura en el tiempo, se expresa en la tendencia estable a mantener la proximidad y cuya vertiente subjetiva es la sensación de seguridad" ( citados por Ortiz y Gutierrez, 2001).
Yela (2000) dice que la importancia del establecimiento de un vínculo amoroso fuerte y confortable entre el niño y una figura de apego de cara a un desarrollo óptimo de la persona ha sido subrayada tanto por etólogos (quienes consideran muchas conductas como básicamente innatas y específicas de la especie o de origen instintivo) como por psicodinámicos y otros psicólogos de distintas corrientes.
www.monografias.com

JULIO CORTAZAR

La lectura nos hace reflexionar sobre nuestra práctica docente y nos hace mención de cómo el profesor tiene una responsabilidad muy grande, por que, a pesar de tener conocimientos es importante la actualización, ya que como profesores, nuestra obligación es indagar en cuestiones distintas.

Además de ser formadores de individuos, debemos preocuparnos por el entorno emocional o social y afectivas por las que está pasando dicho individuo, es decir, nos involucramos con la familia.

Los profesores no solo estamos comprometidos con los alumnos, sino que estamos comprometidos con la sociedad, debemos hacer del individuo un ser solidario que contribuya productivamente al bien comun, empezando por su comunidad e inculcar el deseo de progreso.